Me confieso incurable amante, admirador y hasta fanático
de todas las óperas de Mozart, en especial de las tres que compuso en
colaboración con Lorenzo Da Ponte.
Così
fan tutte es la ópera en la que Mozart se aleja más del estilo
instrumental para acercarse al estilo operístico que prevalecería en el siglo
XIX. No por ello abandona la forma sonata, por ejemplo en el quinteto del
primer acto “Sento oddio, che questo piede” o en el dueto de seducción de
Guglielmo a Dorabella “Il core vi dono”, a la vez Mozart busca nuevas formas
musicales, por ejemplo en el sexteto del primer acto “Alla bella Despinetta” o
en el dueto de seducción de Ferrando a Fiordiligi “Fra gli amplessi”. El uso de
Do mayor como tonalidad principal de la ópera, por lo que la tríada Sol–Mi–Do
recurre continuamente, permite que la exploración tonal de Mozart llegue hasta
La bemol mayor que usa en el sublime canon del final del segundo acto “E nel
tuo, nel mio bicchiero” De los 30 números, 19 son ensambles, por lo que es
necesario que los seis personajes sean muy eficientes en ellos, a la par que
grandes cantantes que puedan ejecutar adecuadamente las arias. Mozart salpica
la partitura con parodias de la opera
seria aquí y allá; por el texto Smanie
implacabili podría parecer un aria de la Elettra de Idomeneo, pero Mozart modifica la orquestación y la tonalidad de
modo de cubrir a Dorabella de un velo de simpatía. Come scoglio es una típica aria de símil de una ópera de
Metastasio, y aunque es endiabladamente difícil de cantar la supera en
dificultad, belleza y expresión el rondò “Per pietà, ben mio perdona” en el que
Fiordiligi nos muestra que ya no resiste la tentación. El libreto es el más
personal de Da Ponte y está lleno de citas obvias, como la de Metastasio en el
segundo trío de Don Alfonso y los soldados, y otras no tanto, como la
entrecomillada de Sannazaro que Don Alfonso entona en recitativo secco después del hermoso trío “Soave sia il vento”. En
resumen, quienes deciden no ver u oír, u oír y ver esta ópera por razones de
incredulidad o sexismo, se pierden de una de las maravillas del mundo de la
ópera. Allá ellos.
La producción de Lesley Koenig, estrenada en 1997 para
enmarcar el debut de Cecilia Bartoli en el MET es en realidad muy buena, pues
ayuda en todo momento a que historia y partitura fluyan todo el tiempo sin
distraer al público. La encuentro coherente con las indicaciones escénicas de
la partitura y el libreto y un minimalismo que en nada contradice lo que oímos
en la música.
El éxito de una producción de Così fan tutte es función directa de la calidad vocal y dominio del
estilo mozartiano de los cantantes. Los seis deben ser excelentes tanto en sus
números solistas como al fusionar sus voces en ensambles. En muchas ocasiones
alumnos de conservatorios o de escuelas de canto “ponen” esta ópera y siempre
rehúso cualquier invitación a una función pues creo que Così es una comedia muy seria, de verdad muy seria, como para
ensayarla con cantantes inexpertos.
Susanna Phillips (Fiordiligi) es una joven soprano
americana que nos mostró un maravilloso dominio de las acrobacias vocales de
“Come Scoglio”, así como la ternura y fragilidad requeridas por “Per pietà”.
Durante el primer acto el volumen de su voz destacaba en los números de
conjunto; afortunadamente algo bueno pasó en el intermedio ya que en el segundo
acto su voz ensambló perfectamente con las de los otros cantantes.
La mezzosoprano Isabel Leonard (Dorabella) es una de las
nuevas cantantes que pueblan esta maravillosa cuerda. Su interpretación fue
vocalmente impecable y su actuación maravillosa al hacernos ver con sus gestos
faciales y movimientos corporales que ella era quien tenía que caer primero. Con
mezzosopranos de la talla de Leonard, Garanca, Kozena y tantas otras que
engalanan nuestra vida musical, ¿quién necesita contratenores para Sesto,
Idamante o Aminta?
Danielle de Niese fue una muy buena Despina, aunque un
punto debajo de las hermanas. El diseño de este personaje en la producción de
Koenig es lo único que puedo reprobar, pues está basado en la comicidad de los
tres chiflados sin ser necesario.
Matthew Polenzani (Ferrando) quien se acerca a marchas
forzadas al record de papeles que tiene Plácido Domingo –sobre todo si le da
por cantar roles de barítono– creció del
primer al segundo acto, “Un’aura amorosa” estuvo más bien blanda, pero en
“Tradito, schernito” ya logró mejor sonoridad, ¿o sería que las maderas de
Mozart provocaron un momento mágico en este momento?
Rodion Pogossov (Guglielmo) ha crecido enormemente desde
que lo vi hace años como Fiorello, sin embargo, al igual que en “E nel tuo, nel
mio bicchiero”, en el que es quien interrumpe el momento más sublime de la
ópera, aún tiene tiempo para llegar ser un buen barítono mozartiano.
El que estuvo estupendo fue Maurizio Muraro (Don Alfonso),
apareciendo vocalmente y en escena siempre como esa serpiente que controla los
eventos en el jardín del bien del mal en el que convierte al inicialmente
arcádico jardín de las hermanas.
El regreso de James Levine es más que bienvenido dada su
calidad innegable, sin embargo creo que sus tempi
son más lentos que nunca, también noté una cierta dificultad en disminuir el
volumen de timbales y trompetas, muy fuertes en el primer acto, pero adecuadas
en el segundo –benditos intermedios.
En resumen, fue una buena función, no de las mejores que
he visto en mi vida, pero satisfactoria, aunque también reconozco que cuando
juzgo alguna función de las óperas de Mozart soy más bien algo tiquismiquis. En
broma dije a unos amigos que el resultado en términos futbolísticos fue:
Hermanas 2 – 0 Soldados, arbitraje sin problemas.
Ahora y pronto, se estrenará la próxima semana, podremos ver en México, "Teatro de las Artes" del Cenart, una producción que repondrá la que se estreno en Puebla, el año pasado según creo recordar. Con la dirección musical de Fernando Lozano y la puesta en escena de Luis de Tavira, jesuita a quién solo le falto recibir el sacramento de la Ordenación sacerdotal, que está entre los más interesantes creativos teatrales con los que contamos en nuestro país. Esperamos que un experto en la obra mozartiana que la ha visto tantísimas veces se atreva a acercarse a esta propuesta. ¡No te rajes Jalisco
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