Don Giovanni en el
MET. Octubre 19, 2016
La
producción de Don Giovanni por
Michael Grandage se estrenó en octubre de 2011 y desde entonces ha obtenido
malas críticas y poca asistencia. La escenografía, diseñada por Christopher
Oram intenta ser de la época de las aventuras de Don Juan, aunque gran parte de
la obra se desarrolla en el proscenio frente a un bloque que simula tres casas,
a veces separadas, con tres pisos cada una. Oram diseñó un vestuario coherente
con su escenografía. Esto llega a ser sofocante para el público, pues enfrenta
una pared que no permite respiro escénico. Al retirarse este frente para las
escenas de la boda de los campesinos, del cementerio y los dos finales, se
aprecia un mejor desarrollo escénico de los intérpretes. No sé si la producción
original, o bien modificaciones del director de la reposición, Louisa Muller,
hizo que Donna Elvira cantara en el lugar más iluminado del proscenio “Sola,
sola in buio loco”, es decir “Sola, solo en un lugar oscuro”, lo cual es
muestra que el equipo creativo no entiende el texto, o bien confía que el
público tampoco lo entienda o que simplemente no le importe, o aún que ni lo
entienda ni le importe. Me inclino por la última opción. Si no hubo intención
de los directores de escena de ubicar a Elvira en el lugar del escenario en
cuestión, el culpable es Paul Constable, responsable de diseñar la iluminación.
Tengo que reconocer que las escenas de la cena, la entrada del comendador y la
condenación del libertino son muy poderosas y espectaculares, lo que puede
hacer que la mayor parte del público olvide lo malo que fue la producción hasta
la escena en la que Donna Anna canta su rondò “Non mi dir” que tanto odió
Berlioz.
La
interpretación de los artistas en esta función no fue lo suficientemente buena
como para perdonar la producción. El papel de Don Giovanni es central pues toda
la acción se desarrolla a su alrededor. Debe ser seductor física y
psicológicamente. Atractivo para las mujeres y hacer que los hombres se
identifiquen con su fuerza y potencia sexual, como la que demuestra al
finalizar “Finch’han dal vino” cantando “Ah, la mia lista doman mattina d’una
decina devi aumentar!” Es cierto también que su poder de seducción es nulo
efectivamente el día en el que sucede la ópera. El barítono Simon Keenlyside no
fue capaz de actuar el papel apropiadamente, y lo que es peor ni de cantarlo
apropiadamente. Su voz es normalmente muy entonada, lo cual no sucedió en esta
ocasión pues en varios momentos se escuchó calante.
Es imposible que un Don Giovanni sin
un buen Don Giovanni sea al menos satisfactorio. El Leporello interpretado por
el bajo –barítono Adam Plachetka fue bien cantado y actuado; no obstante
prefiero oír a un basso cantante que
a un bajo–barítono que es más barítono que bajo. El aria del catálogo es un
instrumento con el que un buen Leporello puede hacerse uno grande; creo que
Plachetka se quedará como uno bueno. Kwangchul Youn fue un comendador adecuado,
nada más que eso. ¿Cuándo volveré a oír que un comendador me toma por la
garganta al entrar cantando “Don Giovanni a cenar teco”? No lo sé. Mathew Rose
fue un Masetto adecuado y creo, por su tesitura, que su voz sea más indicada
para Leporello. Quien tuvo una muy buena actuación fue Paul Appleby como Don
Ottavio. Lo hizo muy bien actoralmente y estuvo espléndido al cantar el retador
“Il mio tesoro intanto”.
Las
mujeres estuvieron vocalmente mejor que los hombres en general. La que destacó
fue Serena Malfi como Zerlina, aunque dejó ir oportunidades histriónicas en sus
dos arias. Hibla Germava tiene una bella voz y logró una buena Anna; no tuvo
dificultades al abordar la coloratura de “Non mi dir”. A la Donna Elvira de
Malyn Byström le faltó ser un poco más de claridad en su actuación aunque logró
una buena interpretación de “Mi tradì quell’alma ingrata”.
Al
escribir esto, siento que los números solistas fueron generalmente buenos, no
así los ensambles. Esto es un pecado mortal en el caso de las colaboraciones de
Mozart con Da Ponte.
Fabio
Luisi tuvo una función brillante, lo que ya empieza a ser un lugar común. Sin
su trabajo y el de la Orquesta del Met, la función hubiera sido muy triste.
Cuando
Don Ottavio se lleva las palmas de la noche en una función de Don Giovanni, puedo decir pobre Don Giovanni, hoy no pudo seducir a
nadie. Es una lástima.
© Luis Gutiérrez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario