El
MET decidió realizar los estrenos absolutos de las óperas de Donizetti
conocidas como “de las reinas” contando con Sir David McVicar como regista en
las tres producciones: Anna Bolena, Maria Stuarda y Roberto Devereaux.
Anna Bolena inauguró la
temporada 2011/2012, Maria Stuarda se
presentó un año después y Roberto
Devereaux tendrá su premier el 24 de marzo de 2016. Además del estreno de
la tercera de las óperas, este año tiene dos particularidades: la soprano
americana Sandra Radvanosvsky cantará los papeles principales en las tres
obras, y McVicar dirigirá la premier y también será responsable de las reposiciones (lo normal en el MET es que el regista supervise sólo la producción original y que las reposiciones las dirijan los llamados stage directors, conocidos como reposition director en el Reino Unido).
Robert
Jones diseñó la escenografía dividiendo el escenario en dos áreas separadas por
una pared perpendicular al proscenio durante la primera escena del primer acto,
a la izquierda se encuentra un espacio donde la corte comenta la caída en
desgracia de la reina, y a la derecha el interior de los aposentos de Giovanna
Seymour. En la segunda escena se despeja el espacio para llevar a cabo la
cacería en la que se reúnen el rey, la reina, su hermano Lord Rochefort, y el
primer amor de la reina, Lord Riccardo Percy. La tercera escena se desarrolla
en un salón del palacio real, simulado por un muro transversal. El segundo acto
se desarrolla en el espacio de la reina que ocupa todo el escenario, después en
la antesala del Consejo Real, similar al salón del primer acto. La escena de la
Torre de Londres explota los recursos técnicos del MET, pues en cuanto Anna es notificada
que es condenada a muerte, se eleva un segundo escenario que simula ser el
apartamento de la reina en el que espera su muerte. Puedo decir que, pese a
tanto movimiento aparente, el escenario es sencillo y depende en gran medida de
la iluminación adecuadamente diseñada por Paule Constable. El vestuario
diseñado por Jenny Tiramani es absolutamente de la época en la que sucedieron
los acontecimientos históricos. Por ejemplo, Ildar Abdrazakov luce tal cual
Richard Burton o Robert Shaw lo hicieron en las películas en las que
personificaron a Enrique VIII.
Sondra
Radvanoksky demostró una voz madura que acompañada con una exquisita técnica
belcantista, le permitió sortear con éxito sus arias y liderar los ensambles. Aunque
inició cantando formidablemente el aria “Come, inocente giovanne”, su mejor
intervención fue en la escena de la locura de Anna, cliché en muchas óperas de Donizetti Bellini, especialmente la
caballeta “Copia inicua” en la que denuesta Enrico y Giovanna, a la vez que los
perdona. Sus actuaciones como Maria y Elisabetta serán seguramente de alta
calidad al haber cantado tan bien el papel de Anna, probablemente el más
complicado de los tres.
La
joven mezzosoprano Jamie Barton como Giovanna, fue una gratísima sorpresa. Su
voz es muy bella y cálida, tiene un volumen inmenso capaz de llenar el enorme
auditorio del MET, y ha desarrollado una técnica excepcional. El aria que canta
cuando el rey la acusa de estar más interesada en el trono que en él mismo,
“Ah! qual cercar non oso” fue uno de los puntos más brillantes de la noche.
Ildar
Abdrazakov dio vida a un impresionante Enrico pese a que no tiene un número de
lucimiento individual; no obstante su presencia y actuación, así como sus
intervenciones en los grandes ensambles y en los momentos dramáticos clave fue
muy importante.
El
paje Smeton no sólo es quien desencadena la acusación de adulterio contra Anna,
por dejar soltar un relicario con una pintura de la reina (recordemos que para
ir a la ópera debemos suspender nuestra incredibilidad, y no sólo por el hecho
de que se cante, sino que en muchísimas ocasiones los libretos son más o menos
débiles), sino que canta una hermosa canción en la primera escena, “Deh! non
voler costringere”. La mezzosoprano Tamara Mumford repitió en gran forma el
papel que había hecho en 2011.
Lord
Riccardo Percy, antiguo prometido de la reina cuenta con un aria, ‘Vivi tu’, que cualquier buen tenor apetece; recordemos
que el primer Percy fue Giovanni Battista Rubini lo que debe dar una idea de su
dificultad y calidad. El tenor americano Stephen Costello era quien cantaría
este personaje, pero al enfermarse fue sustituido por Taylor Stayton quien, a
decir verdad, no pudo con la parte.
Los
papeles secundarios fueron bien interpretados por David Crawford, Lord
Rochefort, y Gregory Schmidt, Sir Hervey.
Marco
Armiliato fue el Marco Armiliato predecible, como también fue predeciblemente
buena la calidad de ejecución de la Orquesta. El Coro tuvo una actuación muy
destacada; su director Donald Palumbo ha logrado hacer de este grupo un coro
que rivaliza con cualquier coro de las grandes compañías de ópera europeas.
Linda descripción, se ve que saliste contento!
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